lunes, 28 de julio de 2008

El final del camino

El final del camino

No sé por qué, a fechas recientes me comenzó a asaltar una duda: cuando llegue la hora de abandonar este mundo, ¿no sería prácticamente imposible que aquellas personas que sólo conozco virtualmente se enteraran? Después de todo, a la mayoría no las conozco en persona, y no siempre es posible concretar un encuentro…

Pero aún en el caso de que se haya concretado, evidentemente que la distancia impide que haya noticias frescas… máxime cuando las ocupaciones y preocupaciones diarias impiden la presencia en línea, como pudiera ser el messenger por ejemplo.

Tengo un amigo, Marcos, que mantiene un blog para dar constancia de su existencia, ya que por lo regular está hasta el tope de trabajo. Aún así, se demora bastante en actualizar, pero al menos ha continuado en su propósito.

Algunos otros, los veo conectados al messenger, y si bien están como “No disponible” y mucho menos contestan, al menos sé que están ahí.

Pero, ¿qué hay de aquellos que sin más desaparecieron del cyberespacio?

Siendo honestos, muchos de ellos me han bloqueado. Desconozco las razones, y no vale la pena averiguarlas. Algunos han cambiado de messenger. Otros simplemente dejaron de conectarse, o lo hacen en otros horarios, no lo sé.

Algunos, los menos, mantienen un blog donde cuentan algo de lo que les ha pasado; pero adolecen de la misma falta de tiempo que los mantiene desconectados, aunque al menos contienen señales de vida.

Pero la duda queda… ¿qué ha sido de ellos? ¿Qué fue de aquellos compañeros entrañables, donde se pasaban horas en vela de agradables charlas, juegos, o simplemente disfrutando la compañía? ¿Aún siguen por ahí?

Normalmente las personas jóvenes no piensan en la muerte; es parte de su naturaleza que haya aún mucho tiempo por delante. No siempre es así, claro está. Recuerdo que cuando estaba estudiando, dos compañeros, dos amigos, dejaron este mundo, lo cual me causó gran consternación. Uno más hace un par de años. Siempre queda la sensación de qué tanto más pudo haberse compartido.

Por eso siempre es un gusto ver a algún viejo amigo aparecer de nuevo, y aún cuando diga que no ha habido nada importante en todo ese tiempo de ausencia, su sola presencia es algo cuya importancia no puede valorarse.

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Había pensado en escribir un mensaje póstumo. Me recuerda a lo que pasó en Serial Experimental Lain, donde una chica se suicida y después manda un e-mail desdel el más allá jeje. Mi idea no era tanto como eso, sino más bien escribir un post, y que automáticamente se publicara.

No es tan complicado, pero está la cuestión de la fecha. Evidentemente que nadie sabe cuándo será su última hora (a menos que planee adelantarla), así que pensé en poner una fecha, y cada vez que se aproximara irla adelantando. Así el dia que no pueda modificarla, será cuando se publique. Pensé que podria ser el 31 de diciembre, el final del año sería el final definitivo.

Presenta pequeños problemas, claro está, ya que si es a principios de año pasará algo de tiempo antes de que se publique. Quizás escoja una ventana más corta, no lo sé. No es tampoco como para obsesionarse con la idea.

Precisamente hoy estaba leyendo un artículo sobre esto, cuando muere un blogger y el posterior destino del mismo. Y presenta una idea mucho más sencilla: otra persona pudiera hacerlo.

Y todavía falta pensar en qué escribir. Quizás la ubicación secreta del tesoro jeje. No sé, quizás algún tipo de reflexión, o algún tipo de balance… El capítulo sigue abierto, y la página aún está en blanco…

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